Se hace camino al andar.
domingo, 3 de enero de 2010
Malherida
Bueno, bueno, bueno! Vaya manera de empezar un nuevo año, y un nuevo blog - con el primer post titulado "Malherida". Pero qué le vamos a hacer, si es verdad?
Se va en unos días el chico al que quiero, al que a veces he extrañado aún teniéndolo al lado porque sabía que eventualmente se iría. Se va y no sé si vuelve, no sé si me quiere aunque sea un poquito, no sé si me está ignorando porque no le importo, o si está esperando a que yo haga algo.
Se va y con él, inevitablemente, se va parte de mí (alta cursilería, pero a esta altura no me importa). Se va, se va, y yo me quedo acá con mi vida chiquita y aburrida, con mi vida que (presiento) podría ser mucho más, si fuera valiente como para hacer lo que está a punto de hacer él. Pero no, no lo soy. Yo me quedo y cumplo con los cánones de la vida rutinaria y responsable.
No quiero que se vaya, pero sé que le va a hacer bien, que lo viene planeando desde hace mucho. Sé también que se escapa de ciertos vacíos que cree que va a llenar con lugares y gente nuevos. Los vacíos se llevan por dentro, y los va a tener que enfrentar esté donde esté. Pero me gustaría estar con él, viajando, enfrentando esos vacíos (los míos, los de él, los que todos llevamos dentro), charlando, alentándolo, creyendo en él, mateando, leyendo, sacando fotos, escuchando música, mirando el atardecer en Tilcara, conociendo la "otra" Argentina, hablando de la vida, de política, de lo que sea. Supongo que todo esto se podría resumir en pocas palabras: quiero irme con él. O no quiero tenerlo lejos. O las dos cosas.
Pero soy una tarada, y nunca le dije nada de lo que siento desde hace tiempo por miedo, ni él a mí (probablemente porque no sentía nada) y ahora está a unos pocos kilómetros y ni siquiera nos llamamos ni nos escribimos. Qué me hace pensar que sí lo vamos a hacer cuando esté en la otra punta del país o del continente?
Igual, si estás ahí, si alguna vez leés esto y te das cuenta de quién soy (y quién más podría ser?), te quiero y en algún lugar, te espero.
Se va en unos días el chico al que quiero, al que a veces he extrañado aún teniéndolo al lado porque sabía que eventualmente se iría. Se va y no sé si vuelve, no sé si me quiere aunque sea un poquito, no sé si me está ignorando porque no le importo, o si está esperando a que yo haga algo.
Se va y con él, inevitablemente, se va parte de mí (alta cursilería, pero a esta altura no me importa). Se va, se va, y yo me quedo acá con mi vida chiquita y aburrida, con mi vida que (presiento) podría ser mucho más, si fuera valiente como para hacer lo que está a punto de hacer él. Pero no, no lo soy. Yo me quedo y cumplo con los cánones de la vida rutinaria y responsable.
No quiero que se vaya, pero sé que le va a hacer bien, que lo viene planeando desde hace mucho. Sé también que se escapa de ciertos vacíos que cree que va a llenar con lugares y gente nuevos. Los vacíos se llevan por dentro, y los va a tener que enfrentar esté donde esté. Pero me gustaría estar con él, viajando, enfrentando esos vacíos (los míos, los de él, los que todos llevamos dentro), charlando, alentándolo, creyendo en él, mateando, leyendo, sacando fotos, escuchando música, mirando el atardecer en Tilcara, conociendo la "otra" Argentina, hablando de la vida, de política, de lo que sea. Supongo que todo esto se podría resumir en pocas palabras: quiero irme con él. O no quiero tenerlo lejos. O las dos cosas.
Pero soy una tarada, y nunca le dije nada de lo que siento desde hace tiempo por miedo, ni él a mí (probablemente porque no sentía nada) y ahora está a unos pocos kilómetros y ni siquiera nos llamamos ni nos escribimos. Qué me hace pensar que sí lo vamos a hacer cuando esté en la otra punta del país o del continente?
Igual, si estás ahí, si alguna vez leés esto y te das cuenta de quién soy (y quién más podría ser?), te quiero y en algún lugar, te espero.
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